miércoles, octubre 03, 2007

Ella como un sol.

Si él no tuviera el sol...no buscaría a la luna. Si el sol lo tuviera a él...no eclipsaría su corazón. El clima de la desdicha, le enseña del amor...pero no aprehende, no toma, no sostiene. Y en cada amanecer se desvela, para soñar con su dios (que no es el sol; que no conoce). No ilumina. Se cohibe, se inmoviliza...se acobarda. Sabe eso que sueña, sueña aquello que quiere, quiere al que no debe, y debe más de la cuenta. Cuenta el desencuentro, encuentra lo quiere, aunque lo quiere por poco tiempo; tiempos de duplicidad (de solaz suspicacia)... dudas de amores frenéticos, frenos de emociones pasadas (renovadas, custodiadas...estropiciadas). Exagerando lo supuesto, dramatizando la alegría...enseñando la ternura y aprendiendo de su remilgado miedo de sentir eso del sueño, que es aquello que ella quiere, aunque esté sea el equívoco...el amor es incomprensible, pero el amanecer es necesario.